lunes, 24 de octubre de 2016

MARIA DUEÑAS.


   MARIA DUEÑAS.

 


   Nacida en Puertollano, Ciudad Real, en 1964, divide su tiempo entre ser novelista y profesora en la Universidad de Murcia. En 2009 logró un gran éxito con su obra debut El tiempo entre costuras, galardonada con el Premio  Ciudad de Cartagena de Novela Histórica y que ha sido adaptada por Antena3 en formato serie. En 2012 volvió a conseguir una gran relevancia con Misión Olvido, y en 2015 certifica su éxito con La templanza, que continúa en la línea histórica de sus predecesoras y que, si los datos no son erróneos, Atresmedia Televisión quiere convertir en otra serie.

 

   LA TEMPLANZA.

 
 
 


   En Ciudad de México, en la época en la que gobernaba Juárez, Mauro Larrea es un empresario minero que ha perdido de golpe toda su fortuna, lograda a base de pelear desde que era un niño en el fondo de una mina, por un infortunio derivado, entre otras  cosas, por la guerra norteamericana entre el norte y el sur.

   Afligido por la pena y angustiado por las deudas, emprende una carrera al sprint que le sumergirá en situaciones inverosímiles, peligrosas y que sacaran lo peor de él. Se verá arrastrado, por los designios del destino, a lugares remotos y alejados de su hogar donde encontrará respuestas a preguntas que anidan en sus pensamientos.

   Desde Ciudad de México, pasando por La Habana colonial, las Antillas o el Jerez de la segunda mitad del siglo XIX, donde el comercio de vino con Inglaterra ha convertido la ciudad en el centro cosmopolita de Andalucía, Mauro Larrea irá conociendo los misterios de la vida disfrazados de sinsabores, angustias y ciertas dosis de romanticismo.

   Con una colección de personajes variopintos, encabezados por el propio Larrea, nos encontraremos con individuos insulsos que apenas evolucionan, porque aparecen en contadas ocasiones en la narración o  porque la autora no tiene a bien darles más protagonismo,  o con actores que llenan con su presencia y descripción cada escena, siendo las mujeres las que toman la delantera en esta ocasión dejando, salvo en contadas ocasiones, a los hombres en segundo plano.

   Imágenes descritas con un sencillo toque señorial, recreando el ambiente y la atmósfera de la alta sociedad donde transcurre gran parte de la vida de Larrea, que nos transportan a un tiempo donde el lujo y la buena vida era privilegio de unos pocos, y donde el luchar para sobrevivir era feudo de la mayoría.

   Con ritmo pausado, sin alteraciones y sin aspavientos literarios, seremos testigos de una dulce narración  que nos irá asombrando, poco a poco, con el desarrollo de la historia, hasta que, completos por la lectura de esta obra, lleguemos al final de la misma.

   Natural desde el inicio y con el orden propio que la autora le da sus libros, La templanza, es una gran historia de superación que no dejará indiferente a nadie.

viernes, 14 de octubre de 2016

El caminante de la sombra 3.


   La muchacha permanecía tumbada en la cama, desnuda y cubierta a medias por la sábana. Su pelo se desparramaba por la almohada llenándola del color rojo de su larga melena. La sonrisa, plena y placentera, mostraba en su rostro una imagen de felicidad sin límites.

—¿Quién eres? —me preguntó al terminar.

   Mis ojos recorrieron su preciosa mirada verde y se vio reflejada en ellos para descubrir un sentimiento enterrado demasiado tiempo atrás. Un lapso que no puedo recordar.

—No importa quién sea yo —Y la besé.

   No hubo lugar a más. La pasión nos poseyó convirtiéndonos en una masa informe de posiciones, golpes y embestidas. De sudor, deseo y entrega desenfrenada. De amantes hambrientos del sexo más sucio y duro hasta conseguir una explosión de placer al final de aquel encuentro.

   A los pocos minutos ella dormía satisfecha y radiante.

   El ritual daba comienzo.

 

   Horas después, arropado por la seguridad de las sombras del amanecer, caminaba de regreso a la morada que en cada jornada me ve retornar con el semblante mustio, gris, apagado…para recogerme entre sus brazos y acunarme despacio hasta que los recuerdos vuelven a disiparse, consiguiendo así que todo vuelva el inicio

   Los primeros rayos del día asomaban de manera muy tímida por encima de los altos edificios, lo que provocaba extensas protecciones para un espíritu solitario que no desea ser visto, cuando al llegar a la esquina de una calle algo hizo que pausara mi paso hasta detenerme en junto a un banco. Me acomodé mirando a la gran avenida de tres carriles esperando algo que no sabía definir. Cinco minutos más tarde el ronroneo de un coche acercándose despacio rompió el silencio de aquella amanecida y capturando mi atención. Al circular a velocidad tan reducida pude ver a su conductor y se me heló la sangre.

   Era ella. No sé cómo podía saberlo pero era ella.

   El tiempo pasó tan despacio que pude contar los rizos de su largo pelo castaño. Observar el color rojizo de sus cansados ojos verdes con motas marrones. Escuchar el sonido de su respiración agotada y de comprobar el hastío de su alma por una búsqueda infructuosa.

   Un momento de segundos que se convirtió en minutos. El sol detuvo su salida y las tinieblas su retirada. El pulso de mi corazón sonaba en el eco de un acantilado de sensaciones cuando su mirada se posó en mis ojos y no me vio, pero dejando un poso en mi alma imposible de remediar.

   Cuando me hube incorporado del banco el coche ya no estaba. Había más luz y la vida en la ciudad comenzaba un día más su aburrido trasiego.

   ¿Cuánto tiempo había estaba absorto en aquella posición? ¿Había sido ella consciente de mi existencia o la oscuridad me había ocultado a sus ojos? No tenía respuestas para ninguna de las decenas de preguntas que me asaltaban, pero de una cosa si estaba seguro, ella sería la que pondría final a esto, a mi castigo eterno.

   Apresuré mi caminar y en poco tiempo llegué a mi cueva. Sabía que pasadas las horas volvería a olvidar, primero a la espectacular chica pelirroja y, muy a mi pesar, a la mujer del coche después. Aunque esta vez estaba decidido a no olvidar a la segunda. Debía encontrarla, fuese como fuese…y tomé una decisión.

   Busqué y encontré un cuaderno. Me describí los pasos, que comenzaban a viajar fuera de mi cabeza, de toda la noche. Como conocí a la pelirroja, como hicimos el amor y contando, también al detalle, el ritual. Me narré el camino que seguí desde la casa de ésta hasta el cruce y el encuentro con la mujer del coche. Anoté el color del mismo, la marca y modelo. Recité hasta el más mínimo detalle de su cansado rostro y los sentimientos que invadieron mi razón al contemplarla. Hasta que ya no recordé nada más.

   Esta es mi caza. Una noche más. Un poquito más cerca. Ella me espera y la voy a encontrar.

 

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STEPHEN KING


   STEPHEN KING.

 


   No hay palabras para describir la obra de este maestro del misterio, autor de más de cincuenta best sellers internacionales, que ha sido galardonado con la medalla del National Book Award Fundation for Distingued Contribution to American Letters en 2003, nombrado Gran Maestro de los Mysteris Writers of America en 2007 y que su novela 22/11/63 fue elegida por The New York Times book Review como la mejor novela de 2011 y por Los Ángeles Times como la mejor novela de intriga del año.

   Con una producción literaria espectacular, es considerado uno de los grandes del terror, generando miedo a generaciones de diferentes décadas y no dejando de innovar pues con Mr Mercedes y la más reciente Quien pierde paga, se adentra en el género policiaco.

 

   DOCTOR SUEÑO

 
 
 


   En el universo King hubo un libro que marcó una época, El resplandor, ambientada en un lugar solitario, en una estación invernal y entre unas montañas heladas.

   Años después del episodio que vivió Danny Torrance, un niño aterrorizado por la presencia psicópata de su padre y las visiones terroríficas que le cambiaron la vida en el  Hotel Overlook junto a su madre, regresamos al mundo extraño que gira alrededor de él.

   Ahora, pasado el tiempo, es un adulto alcohólico que vaga por las ciudades sin permanecer mucho tiempo en un mismo lugar. Sigue viviendo atormentado por sus visiones las cuales ha aprendido a controlar pero no a eliminar.

   Un día llegará a una ciudad de New Hampshire y todo “girará” otra vez. Encontrará trabajo en una residencia y conocerá a diversos personajes entre los que destacará Abra Stone, una niña con un poder similar, incluso superior, al suyo que necesita ayuda.

   Se verá inmerso en una lucha sangrienta contra un grupo de personas que buscan, capturan y sacrifican a gente como ellos, sobre todo niños.

  

   Hipnótica desde  el principio, serás arrastrado a una vertiginosa e imposible aventura por la supervivencia, con personajes al más puro estilo King, es decir, oscuros, con dificultad para socializar con el resto del mundo, llenos de secretos, miedos y dudas. Con el destino marcado en un futuro que ellos no desean y obligados a enfrentarse a los problemas teniendo que aliarse para salir adelante.

   Una historia plagada del detalle descriptivo del autor, que es una de sus marcas de la casa,  que nos hace ver tanto el paisaje que estamos contemplando como los sentimientos que atraviesan la mente de aquellos a los que acompañamos. A veces visceral a veces nostálgico, el ritmo lo va marcando la propia narración y, una vez introducidos en el escenario ya solo podemos correr hacia delante, hasta el final.

   Stephen King lo ha vuelto a lograr, una vez más, nos asombra con su narrativa llena de misterio, oscuridad y maldad a partes iguales, guiándonos en un viaje de vuelta a las pesadillas de Danny Torrance y a los pasillos del Hotel Overlook para trasladarlas a la vida de una niña y sus terroríficas visiones.

 

   Una gran vuelta al ambiente  opresivo y persecutorio de El resplandor el que Stephen King consigue con Doctor Sueño y que, si eres o no seguidor, del mismo te encantará.

 

 

  

martes, 4 de octubre de 2016

El caminante de la sombra 2



   Cuando el amanecer comienza a dar sus primeros pasos mi alma va de regreso a su agujero. En mi cabeza se registran las imágenes de una noche más que olvidaré al dormir para, al despertar en los albores de otro ocaso, comenzar con la liturgia de cada jornada.

   Los recuerdos de esta madrugada aún no se han mezclado con los viejos, por eso todavía siento el perfume de esa chica rubia, el sabor de sus labios o percibo el erizar de sus cabellos.

   Todo comenzó al salir de aquel agujero infecto al que me veo obligado a asistir cada vigilia, como si fuera el inicio de una liturgia o ceremonia inicial con la cual mi alma oscura despierta. Caminé por la acera observando a la gente. Contemplando a las parejas felices, a las familias despreocupadas y a los individuos solitarios que, ajenos a todo lo que no fueran ellos mismos, disfrutaban de las delicias que ofrece el ambiente colorido y luminoso de la desconocida vida nocturna.

   Llegué al umbral de un local famoso; tanto, que la fila para acceder al mismo daba la vuelta a la manzana. Recorrí la hilera viendo rostros de todo tipo, decidiendo quien sería esta noche mi compañía. Mujeres bellas y hombres esbeltos, de cabellos rubios, morenos, castaños y pelirrojos. Ataviados a la moda con escasos vestidos, altos tacones, pantalones estrechos y camisas desaliñadas a conciencia. Peinados de mil maneras distintas y pensamientos alejados de cualquier problema.

   Y decidí que sería ahí.

   No recuerdo el momento exacto en el que entré en el local, lo que sí sé es que no esperé la columna de gente para hacerlo. Bajé por las escaleras en forma de caracol para llegar a un descansillo donde una oxigenada y escotada rubia guardaba los abrigos en un ropero. Seguí descendiendo hasta llegar a la entrada a la sala donde el elevado volumen de la música hacía que las personas que ya estaban allí dentro, tuvieran que hablar a gritos.

   Me abrí paso hasta una de las barras situadas en uno de los rincones de la enorme discoteca. Pedí una cerveza y caminé entre la gente. Observando. Eligiendo.

   En un momento dado me encontré frente a una zona oscura de sillones en los que ya había parejas sentadas. Me fijé en una de ellas. El subconsciente ya había elegido. Caminé hasta ellos y me senté al lado de la chica. Al principio no se percataron de mi presencia ya que la discusión que mantenían no les había distraído de mi llegada.

   No me interesaba nada en absoluto lo que estuvieran discutiendo, solo estaba allí para una cosa. De pronto el chico se levantó furioso y abofeteó a la muchacha sin miramiento. Nadie hizo nada. Nadie miró. Nadie salió en su ayuda.

   La puerta se había abierto.

   Me levanté y le arrastré por la sala hasta las escaleras. La gente se apartaba pensando que era un puerta sacando a algún liante. La muchacha corría llorando detrás de nosotros. Cuando salimos a la calle el revuelo que se originó al vernos aparecer, me permitió alejarme lo suficiente para que nadie me viera bien. Dejé al tipo tirado en el suelo inconsciente y me llevé a la joven que, una vez que le había dejado allí, le propinó dos patadas y algunos insultos.

   Paseamos agarrados de la mano durante un tiempo indefinido hasta que llegamos a un portal. “Sube”, me dijo.

   La puerta se cerró.

   Ahora camino de regreso a mi cueva con la conciencia vacía. Los recuerdos comenzarán a mezclarse con otros una vez entre en el reino de los sueños. No podré hacer nada pues, cuando el anochecer vuelva a nacer, todo volverá a empezar.

   Esta es mi caza. Una noche más. Un poquito más cerca. Ella me espera y la voy a encontrar.

 

   “¿QUÉ SUCEDE EN LA NOCHE?

   Desde hace algún tiempo están aconteciendo cosas raras en las madrugadas de la ciudad. Personas desaparecidas y sucesos inexplicables. Un personaje oscuro al que ninguna persona ha visto o puede describir. Una cadena de extraños desvanecimientos, todos ellos femeninos, que nadie puede resolver, incluidos los cuerpos de policía estatales, están sembrando de incertidumbre el ambiente nocturno.

   ¿Qué sucede a la caída de la tarde? Ningún responsable sabe, quiere o puede responder a este periódico acerca de este “misterio” pues, aunque parezca mentira, nadie parece encontrar una explicación razonable a la desaparición de estas mujeres.

   La persona que se esconde tras estas líneas no parará hasta hallar la verdad que quieren ocultar a la sociedad. Por que algo está ocurriendo y el silencio es la única respuesta…”

    

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LEÓN TOLSTOI.

                                                                       
                                                                                

                                                                               
   LEÓN TOLSTOI.

   Era conde y se llamaba Lev Nikoláievich Tólstoi. Nació en 1828 un 9 de septiembre y falleció de neumonía el 20 de noviembre de 1910 en el Imperio Ruso. Padre de trece hijos y de múltiples ocupaciones, era escritor, dramaturgo, filósofo, novelista, esperantista, escritor de literatura infantil, pedagogo, diarista y guionista, fue considerado el defensor del Realismo literario del que sus famosas obras Guerra y Paz, Anna Karenina y resurrección, son valoradas en la cúspide de este género. Sus ideas de la “no violencia activa”, expresadas en un libro como El reino de Dios está en vosotros, inspiraron a personajes como Gandhi y Martin Luther King.

 

 

   LA MUERTE DE IVÁN ILICH Y OTROS RELATOS.

 

   -LA MUERTE DE IVÁN ILICH  (1886).

   Sobrecogedora agonía de un enfermo desahuciado que pasa sus últimos días sumido en dolores de cuerpo y alma. Rodeado de familiares que antaño amaba y que en esos momentos detesta, contemplará el paso de su vida hasta encontrar la razón de su existencia y poder dejar en paz el mundo.

 

   -EL PADRE SERGIO (1890).

   Dotado de un profundo sentido de la profesionalidad y con la ambición de ser el mejor allá donde esté, el protagonista de este relato tendrá que convivir con sus éxitos y sus pecados, originados estos por su enorme orgullo, que le llevarán a tener que entenderse con sus miedos y que le convertirán primero en monje y después en mártir, llegando la gente a considerarlo un santo.

 

   -DESPUÉS DEL BAILE.

   Descripción desgarradora, del protagonista del relato, que narra el excelso enamoramiento sufrido por su persona con respecto a una dama, hija de un Coronel, durante un baile ofrecido en casa de este último. El dolor soportado por no tenerla entre sus brazos y la felicidad desbordante al bailar con ella siendo así correspondido.

   Pero todo en esta vida cambia en un instante y los delirios de amor se convertirán en angustiosa repulsión al observar, por accidente, una realidad distinta en la mañana posterior al baile.

   Tres magníficos relatos de uno de los grandes escritores de la literatura mundial.